martes, 11 de mayo de 2010

...Comenzamos

Bien sé, que el tiempo de mi ausencia no podrá ser remediado, mis disculpas a la gente que ansiaba mi llegada. Tuve que recorrer muchos lugares para llegar hasta aquí...
la Grecia de Zeus por sobre todo, un lugar encantador, el panteón donde podríamos empezar a analizar históricamente las costumbres sexuales de las personas en el mundo occidental; me tuve que estancar en ese tiempo en que Platón se sonrojaba por todas las cosas que se movían delante de él, y debía contenerse para no experimentar alguna penetración.

Recorrí también en el "espermatozoide cósmico" ( mi nave temporoespacial) el imperio Romano , aquella ciudad imperialista donde el sexo se consideraba una parte más en la expresión del poder humano, transmitiendo la necesidad de dominar a alguien en ese acto o ser dominado....

Pero no les voy a contar todos mis viajes en este instante, tendrán que retener ese líbido a mis tiempos. Mucha historia para contar de mis viajes espermagalácticos, que con paciencia serán contadas.


En lo que respecta a todo este blog, como seres humanos que somos y racionales por lo mismo, el acto sexual debe ser entendido como una creatividad de nuestra imaginación plasmada en este mundo, por lo que consideraremos todo tipo de expresión artística al respecto.

Y por la bondad y la humildad de nuestros dioses Eros y Afrodita, sepan disculpar las demoras de este deseado blog.

A continuación una creación del amigo Blaqueria, con su amigo Alhué.


Mutando sábanas


Mis dedos se escurren en tu cara, van sintiendo el rubor. Voy desentrañando tu verdadero ser, me gusta. Mi cuerpo estremecido tiembla, es común en estos casos, cuando tus piernas-tentáculos apresan mi torso; picándome hasta la médula. Oprime y retuerce la pitón; a conseguido su presa rompiendo mis huesos, se siente tan rico; me desvanezco.

Ahora una cigüeña pica mi cara para despertarme, esta regurgitando, alimenta mi conciencia, estoy mutando… en un gato salvaje. Me voy erizando, afilo mis garras te muestro mis dientes, apunto y dirijo mi mandíbula a tu cuello blanco. Termino dejando tu cuello largo en mi boca; pareces muerta, escarbo rápido en la cama y te entierro.

¡No has muerto! haces esfuerzo tras las cobijas, me muestras un hocico - ¡perro rabioso! - tan sediento y hambriento, escapo de ti y me escondo a tiempo en un pozo que se formo en el acolchado. Saltas sobre donde crees que estoy, no me encuentras. Hueles y hueles, no hay rastros, hasta que… sientes en un relieve, el bulto. Perro tonto, has encontrado al topo. Me escabullo por los túneles de las sabanas - tu hocico no alcanzará - . Sin embargo se alarga, estiras tu lengua que me toca, me palpa, me saborea, me envuelve, y me traga, sin mordiscos, ni piedad.

Siendo hormiga, viajo y llego a tu estómago. Pero sabes - te aburres sin mí --. Antes de mi final, el líquido se esparce por fuera de tu panza, te has mutilado con tus garras; para salvarme. Mueres en el instante y entre las almohadas te vas pudriendo con un ritmo que envidiarían los muertos. En esa fugaz putrefacción; un gusano, un simple gusano de muertes, ha nacido. Eres tú, no comes tu carne. Te acercas lentamente, yo te enfrento como buen soldado, me bordeas y te acuestas, dándome la espalda. Me acerco, te pico y me hecho a dormir.


Alhué







1 comentario: